Deficit de atención

El TDA, (TDAH- trastorno por déficit de atención con hiperactividad)es el trastorno de comportamiento que más se diagnostica en la infancia y se calcula que afecta de un 3% a un 5% de los niños en edad escolar, es decir que alrededor de 1.5 millones de niños en México sufren este padecimiento que se caracteriza principalmente por la falta de atención.

Las causas de este trastorno aun no están muy claras, se ha observado que existe predisposición familiar, (genéticas) además existen pruebas científicas que apoyan las conclusiones de que el TDA tiene una base biológica y que los niños con TDA pueden tener niveles más bajos del neurotransmisor dopamina en regiones críticas del cerebro. Otros estudios sugieren una disminución de la actividad en algunas áreas del cerebro en donde se manejan funciones de ejecución (como por ejemplo organización, integración, anticipación, atención, etc.).

Criterios de diagnóstico en niños de edad escolar

· Presenta impulsividad, esto aparenta problemas para aceptar la disciplina escolar.
· No presta atención suficiente a los detalles.
· Tiene dificultades para mantener la atención en tareas.
· Parece no escuchar cuando se le habla.
· No sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares.
· Tiene dificultades para organizar tareas.
· Evita, le disgusta o es renuente en cuanto a dedicarse a tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido.
· Extravía objetos necesarios para tareas o actividades.
· Se distrae fácilmente.  

En adolescentes y adultos los síntomas pueden variar, es probable que se manifiesten algunas de las siguientes conductas:

  1. ·         Pospone sus actividades frecuentemente.
  2. ·         Necesita presión intensa para comenzar sus actividades.
  3. ·         Poco realista en cuanto al manejo del tiempo y dinero.
  4. ·         Tiene dificultad en manejar prioridades.
  5. ·         Se encuentra preocupado por sus propios pensamientos.
  6. ·         Fácilmente se distrae
  7. ·         Pierde el foco frecuentemente
  8. ·         Lenta velocidad en procesar.
  9. ·         Productividad muy inconsistente.
  10. ·         Somnolencia diurna
  11. ·         Poco motivado o la motivación se desvanece rápidamente

 Ayudarle a que aprenda a controlar su comportamiento en su casa, lo que repercutirá en unas mejores relaciones familiares y una mejor relación de él consigo mismo (seguir un programa de control de su comportamiento indicado por su psicólogo).
· Proporcionarle ayuda especializada (llevarlo a sesiones de aprendizaje de habilidades atencionales y sociales).
· Supervisar el trato que recibe de sus profesores y requerir un trato adecuado a sus circunstancias.
· Puede informarse y asesorarse con psicopedagogos, lecturas, asociaciones, etc. y a su vez informar y asesorar a los maestros acerca de cómo manejar el comportamiento del niño.

· Le enseña a que mantenga la atención durante períodos de tiempo cada vez mayores (focalización y regulación de la atención) aprendizaje de habilidades atencionales.
· Le enseña a que aprenda autocontrol de sus emociones (ira, tristeza,…) mediante el conocimiento de sus sensaciones corporales y sus correlatos emocionales.
· Le enseña a resolver sus problemas con otros niños y adultos mediante el aprendizaje de habilidades sociales).

El tratamiento que ha probado tener un mayor nivel de efectividad es el que aborda el trastorno desde una perspectiva multidisciplinaria. En este enfoque intervienen tres profesionales (médico, psicólogo y educador), y los padres de familia.

El médico debe ser un especialista en neurología con experiencia en el manejo de TDA, generalmente estos especialistas le solicitan al paciente un electroencefalograma (EEG) para determinar con mayor precisión el diagnóstico y el tipo de medicamento que requiere el paciente.

Desde la perspectiva psicológica el enfoque terapéutico más adecuado es el Cognitivo-Conductual, este modelo de trabajo ha demostrado eficacia por el tipo de estrategias que maneja en su tratamiento, como son, premiar los cambios positivos de comportamiento y explicar claramente lo que se espera de las personas con TDA.

La participación de padres de familia y educadores en el tratamiento es muy necesaria debido a que el padecimiento afecta negativamente la autoestima del paciente (se siente menos apto), y por su impulsividad puede llegar a tener dificultades para establecer relaciones interpersonales (se siente rechazado); además las personas con TDA, suelen recibir menos halagos o menos recompensas que otros.

· Conozca e infórmese más acerca del trastorno y de las maneras de intervenir positivamente.
· Sea consistente. Defina con claridad lo que usted espera.
· Lleve una gráfica de la mejoría en la conducta. El propósito de esto es establecer la conducta de la cual estén más preocupados.
· Dedíquele de 10 a 15 minutos diarios de tiempo especial para escucharlo, platicar y atender a lo que hace.
· Refuércelo positivamente y motívelo. No la motivación que se hace para que cumplan, sino la motivación que se convierte en un proceso propio.
· Maneje el tiempo fuera. Cada vez que su hijo cometa algo indebido hay que dar el manejo como en los juegos de hockey, tiempo fuera de penalización. Para esto se necesita de un lugar tranquilo donde se siente y que no mire hacia la pared.
· Recompense enfocándose solamente en una o dos conductas sociales.
· Tiempo fuera también cuando se sobre estimule.
· Hable con los maestros, lo más probable es que estén ignorantes sobre el padecimiento y su manejo. Informarles al respecto y los manejos que requiere.
· No castigue a su hijo por factores que están más allá de su control. Si usted es paciente y persistente observará una mejoría en la conducta de su hijo (a).

En años recientes se ha sucitado el debate entre si se debe medicar a todos los niños con diagnóstico de déficit de atención. En última instancia quien decide son los padres o tutores.

La situación actual aconsejaría proporcionar una ayuda temporal al niño mientras se ponen en marcha otras medidas psicosociales.

Un supuesto déficit de atención debe, ante todo ser valorado en cuanto a su intensidad (leve, moderado y grave) por el grado en que afecta al desarrollo académico, familiar, social y personal de un niño y adolescente. Una vez valorado el grado de afectación del denominado «trastorno, se debe tomar la decisión de proporcionar ayuda farmacológica o solamente psicosocial.

En Estados Unidos el Instituto de Salud Mental (NIHM ha venido publicando los resultados de un protocolo realizado. A los 12 meses, a los 24 y ahora a los 36 meses. Dado que los resultados a los 12 y 24 meses seguían apoyando la superioridad de los tratamientos farmacológicos sobre los psicoeducativos y sociales, las difusión de los mismos fue amplia en cursos, artículos, conferencias, comunicados de prensa, etc.

Sin embargo las cosas cambiaron en el año 2006. Tras analizar los resultados del seguimiento de estos casos a los 36 meses, los resultados fueron un fiasco para los «farmacólogos». Todas las mejoras obtenidas se fueron perdiendo hasta llegar a igualarse los grupos que recibieron medicación y los que no la recibieron pero si fueron atendidos con otra metodología alternativa.

En algunos casos los padres que prefieren la comodidad de una pastilla ignorarán estos resultados y siempre tranquilizarán sus conciencias apoyándose en las informaciones parciales, erróneas y tendenciosas de quienes prefieren que los niños corran los riesgos sanitarios de una medicación que «no es inocua», antes que implicarse activamente en su educación requiriendo asesoramiento educativo y adecuación de la metodología escolar a las necesidades de sus hijos.

La Teoría del cazador y el granjero es una hipótesis propuesta por Thom Hartmann sobre los orígenes del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), que afirma que dicho trastorno puede provenir del comportamiento adaptativo o evolutivo.

Hartmann indica que durante muchos miles de años la mayor parte de la población eran recolectores y cazadores nómadas, pero que esta pauta gradualmente fue cambiando, ya que la agricultura se comenzó a desarrollar en la mayor parte de las sociedades, y la mayoría de la población del mundo se convirtio «recientemente» en agricultora . Durante los últimos 3 milenios, la mayor parte de la humanidad desarrolló el cultivo de la tierra, pero las personas con TDAH conservaron trazas de comportamiento «cazador».

Esta teoría del cazador es una interpretación de los orígenes de TDAH. Una generalización común es que el TDAH es una co-presencia de diversas variantes genéticas. Los autores Harpending y Cochran proponen la existencia de tres fases en la Historia: era de cazadores-recolectores, la agricultura – femenina, y la agricultura – intensiva. Éstos sugieren como hipótesis que el TDAH incrementó la ventaja reproductiva en la segunda fase. Esta propuesta tendría un apoyo genético considerable, consistente en que algunas de estas variantes genéticas pueden tener utilidad en ciertas clases de grupos sociales, como aquellos que han tenido migraciones.

Según el antropólogo evolutivo Ben Campbell del Universidad de Wisconsin: «Los estudios en los «Ariaal», un grupo aislado nómada de Kenia, sugieren que la impulsividad – un rasgo clave de TDAH – otorga importantes ventajas a pueblos nómadas». «¿Se desarrolló la hiperactividad como una ayuda de supervivencia para nómadas?

Hartmann, el creador de la teoría, ha dicho que la idea de del Granjero y el Cazador fue en realidad concebida como un modelo mental después de que se diagnosticara a su hijo con el Síndrome de TDAH, «no es «Ciencia Dura» y no nunca lo concebí de esa manera».

 

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